Muchas veces he escuchado la promesa: “logra el hábito xxxx sin necesitar fuerza de voluntad”; donde xxx puede ser productividad, correr, despertar temprano, o el que te imagines. Esa promesa realmente me genera muchas inquietudes.
De primeras, pienso que solamente es una frase bonita que se usa porque a la mayoría les da miedo escuchar la palabra “fuerza de voluntad” en alguna oración y más si están hablando sobre algo que quieren conseguir.
Por lo tanto no es buen marketing decir que “necesitas de fuerza de voluntad” para lograr algo.
No obstante, lamento decirles que la realidad es que SI es necesario hacer uso de nuestra fuerza de voluntad para conseguir lo que queremos.
Pero ésto en realidad es una buena noticia y ahora les cuento porqué.
Científicamente han descubierto que la fuerza de voluntad está relacionada con la corteza prefrontal de nuestro cerebro.
Allí se desarrolla nuestra capacidad de decir “lo haré” o “no lo haré” (relacionado con nuestro autocontrol) y de reconocer lo que realmente “queremos”. Estas tres dimensiones son las que conforman nuestra fuerza de voluntad.
La buena noticia, es que podemos entrenar nuestro cerebro para aumentar esos “tres poderes” de nuestra fuerza de voluntad y así sucumbir menos a nuestra tentaciones o conseguir aplicarnos más en hacer lo que decidimos hacer para alcanzar las metas que queremos.
Una de las técnicas que podemos usar para entrenar y aumentar nuestra fuerza de voluntad es la meditación. Así de sencillo.
Al meditar, irrigamos más nuestra corteza prefrontal, aumentando su tamaño, es decir, se genera más materia gris.
Al igual que los músculos en el gimnasio el cerebro aumenta de tamaño y mejora sus habilidades con el entrenamiento.
No necesitas entrenar con la meditación mucho tiempo, con un mínimo 5 minutos al día empezarás a sentir los beneficios luego de la práctica. Podrás ir aumentando a 10 y 15 minutos; pero si terminas sintiendo que te cuesta mucho, antes de abandonar siempre vuelve a los 5 minutos por día; y con eso ya estás dándole un buen entrenamiento a tu cerebro.
Notarás que te distraerás menos en tu día a día, sentirás menos estrés y menos impulsividad a la hora de elegir o de responder.
No importa si te cuesta meditar, cuanto más te cueste, más estás entrenando tu atención. No tienes que convertirte en un “buen meditador”, solo no tienes que dejar de practicar.
Si quieres un ejercicio simple para empezar a meditar te lo dejo aquí.
Espero estas simples ideas sobre la fuerza de voluntad te hagan valorarla más, saber que está dentro de nuestra mente todo el tiempo ayudándonos a tomar decisiones y que cuanto más conscientes seamos de ello más podremos hacer un buen uso de nuestra fuerza de voluntad.
Hasta aquí te comparto este tema que me gusta mucho.
Cuéntame si te resulta útil y si quieres saber más.
Un abrazo
Romi