GRATITUD DIA 4
La gratitud es buena para la sociedad.
Mantener relaciones positivas se muestra como el mejor predictor del bienestar duradero.
Cultivar la gratitud favorece el mantenimiento de relaciones positivas, en especial debido a una mayor atención dirigida al otro y a la actitud benevolente respecto a los demás.
Frente a la expresión de la gratitud, el otro se siente reconocido, estimado y valorado, lo cual estimula a continuar la relación y a su vez a cultivarla.
Este intercambio recíproco de benevolencia comporta una mejora del bienestar para las dos partes.
El punto de partida es, a menudo, la expresión de la gratitud.
Cuando su expresión no existe, la relación es más distante y la confianza se establece con mayor dificultad.
Cómo la gratitud favorece la relación:
La expresión de la gratitud cumple una función esencial en los intercambios sociales
para el desarrollo, el mantenimiento y la mejora de las relaciones.
La expresión de la gratitud indica al otro que reconocemos la intención benevolente que se encuentra detrás de su acto.
Este signo de agradecimiento que ofrecemos al otro contribuye a concederle un lugar en el grupo social del que formamos parte, el lugar de alguien con el que podemos contar, alguien de quien depende nuestro bienestar.
La ausencia de expresión de agradecimiento hacia el otro afecta a su sentimiento de
valor personal.
Es lo que refiere sobre todo a algunos trabajadores, que tienen la sensación de que sus esfuerzos pasan desapercibidos. Progresivamente, pierden la motivación y el compromiso por el trabajo, y a veces acaban por tener la sensación de que son inútiles.
Hablemos de la gratitud en el trabajo:
Se ha identificado un trastorno de déficit de gratitud en el trabajo en varios estudios que
se han interesado por los efectos de este déficit en las organizaciones, como la reducción
del compromiso, de la eficacia y de la satisfacción en el trabajo y una rotación más importante del personal.
Piensa en la última vez que has expresado gratitud hacia un colega… Hacia tu superior jerárquico…
Según un estudio norteamericano, tres cuartas partes de los trabajadores no dan nunca las gracias a su superior jerárquico.
¡Esto puede deberse al hecho de que los subordinados tampoco reciben ninguna expresión de gratitud!
Los dirigentes y los gerentes podrían iniciar ellos mismos un bucle de agradecimiento: expresar más gratitud hace más probable la expresión del agradecimiento por parte del otro.
Es lo que ocurrió en una institución de trabajo social en la que el jefe de servicio acababa de ser sustituido con el objetivo de reducir las dificultades financieras. Uno de los educadores especializados de la estructura me contó que, muy rápidamente, se establecieron tensiones entre el personal y el nuevo responsable y empezaron a acumularse parones de trabajo.
El jefe de servicio había oído hablar de psicología positiva —sobre todo, de los trabajos sobre la gratitud— y se lanzó a la aventura. En lugar de buscar él mismo agradecimiento por los esfuerzos aportados para hacer frente a esta situación delicada, decidió aplicar prácticas de gratitud en el trabajo.
Se tomó el tiempo de hacer una lista de todas las cualidades de los trabajadores de la estructura por los que experimentaba agradecimiento y se puso el objetivo de agradecer a cada uno de los trabajadores en intercambios informales sus esfuerzos y sus competencias.
Progresivamente, se estableció un clima de confianza y los trabajadores experimentaron más satisfacción en el trabajo.
Además, los propios empleados se pusieron a hablar de las cualidades del nuevo jefe de servicio, durante las pausas e incluso en reuniones.
Entonces, el responsable, que estaba atento, se dio cuenta de que la espiral se había
iniciado: el personal ya no se quejaba, sino que se había puesto en movimiento, expresaba a la vez las dimensiones valoradas y proponía nuevas pistas para mejorar otros aspectos.
Por medio de la gratitud, se instaura un apoyo mutuo, así como un compromiso en las acciones que corresponden a los valores que han unido a estas personas en una institución de acción social.
Piensa en una persona de tu lugar de trabajo a la que nunca has dicho gracias —o no lo has hecho desde hace un tiempo— por alguna cosa que hace y que te parece «normal».
Por ejemplo, el personal de mantenimiento.
Consideramos que el hecho de recibir un pago por lo que hacemos es incompatible con el hecho de expresar agradecimiento por este trabajo. Sin embargo, ¿cómo te sentirías si estuvieras en un local mal cuidado?
Imagina también cómo se sentiría una persona a la que expresaras tu gratitud.
La mayoría de las veces, en nuestra cultura occidental, valoramos la expresión de gratitud. El simple hecho de decir gracias a tu colega podrá tener un efecto beneficioso sobre su sensación de utilidad y de proximidad social y sobre sus relaciones.
Entonces, ¿por qué no probarlo?
¡Siempre teniendo presente que, a veces, la reacción puede ser inesperada!
Esto forma parte de las sorpresas de la vida y también se puede aprender mucho a través de situaciones inesperadas.
Hoy te invitamos a que expreses la gratitud en tu trabajo y a todas las personas que gracias a su trabajo hacen tu vida mas fácil. Por ejemplo el chofer, la persona de mantenimiento, la persona que despacha combustible, tus superiores, tus colegas y tus inferiores.
Claro que no dedicas todo tu día a agradecer, pero que tal si agradeces a 4 personas hoy con total sinceridad?
Actividad N°1:
Haz una lista de esas 4 personas, el momento preciso en que le agradecerás y cuál es el motivo especial por el cual le darás un sincero agradecimiento.
1
2
3
4
Si haces esto tendrás un gran día y crearás un gran día para esas personas y para el entorno de esas personas también.
Actividad N°2:
Practica y mejora lo que hicimos ayer.
Hoy escribe en tu diario 4 cosas por las que sientas gratitud y 5 frases profundas de cada una de ellas.
Gracias por ser parte de un movimiento que hace sentir mejor a las personas de este mundo.
Actividad N°3:
Compártenos por el grupo cómo fue la experiencia y si notaste algún cambio en ti o en la otra persona
