Queríamos disfrutar de más energía, organizar mejor nuestro tiempo y prioridades para avanzar en nuestros proyectos personales y profesionales. Queríamos emprender de manera productiva, feliz y tranquila. 

Empezábamos nuestros días despertándonos con la tercera o cuarta llamada del despertador, queríamos a toda costa posponer el comienzo del día porque ya nos agobiaba pensar en todo lo que teníamos que hacer, el día parecía no alcanzar desde el comienzo y eso ya nos generaba mucha ansiedad. 

Creíamos que lo que necesitábamos era dormir más, porque nos sentíamos muy cansados apenas empezábamos con nuestras actividades.

Al final del día, llegamos agotados, y aunque sabíamos y queríamos cuidarnos en cuerpo y mente; era tal el esfuerzo de ir al gimnasio cada día, meditar o leer algo que casi siempre terminábamos perdiendo la batalla contra el sillón y la tele.

Sentíamos que vivíamos consumiendo reservas de energía y no podíamos parar para pensar o re-diseñar un nuevo estilo de vida.

Queríamos “más tiempo” (lo que es físicamente imposible). Sabíamos que la solución venía por organizarnos nosotros mejor en el tiempo que teníamos. 

¿Y sabes qué?

Al igual que tu, probamos muchas cosas, leímos muchísimos libros e hicimos muchas  formaciones.

Y  nos dábamos cuenta de que había mucha y muy buena información, teorías y herramientas para mejorar nuestra productividad pero nadie nos decía cómo ponerlo en práctica y no dejarlo a los pocos días. 

Y al igual que tú, no bajamos los brazos y seguimos buscando una solución hasta que al fin la encontramos. 

¿Quieres saber que fue lo que hicimos?

Nos centramos no solamente en nuestros hábitos sino en nuestras rutinas (hay una diferencia que hace la diferencia).

En rediseñarlas sin tener que darle un giro de 180° a nuestras vidas; sino que agregando las rutinas adecuadas, logramos organizarnos diferente y aprovechar de la forma que queríamos nuestro tiempo.

Logramos muchos cambios en nuestras vidas gracias a ello; Romi dejó su trabajo de años en una multinacional y emprendió en el mundo digital previo a curarse de una enfermedad producida por el estrés.

Desde entonces no faltamos a la cita más importante que tenemos cada día; la cita con nosotros mismos cada mañana.

 Hoy sí sentimos que llevamos la vida feliz, productiva y tranquila que queremos vivir. 

Fue tan transformador para nosotros que empezamos a compartirlo, a enseñar a otros lo que nosotros habíamos logrado. Creamos nuestro propio método basado en nuestro conocimiento y experiencias con el que hemos ayudado a más de 500 personas a conseguir lo mismo que nosotros y mucho más.